viernes, 29 de marzo de 2013

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1 litro por 100 libras (parte 2)


Después de dos días en el hospital, por fin llegamos a casa! los tres solos, sin ayuda, queríamos enfrentarnos desde el principio a la nueva situación solos.... teníamos ganas de vivir ese momento que tanto habíamos planeado, nueva habitación, su nueva ropita, su bañera, dormir los tres juntos.....

Yo no me encontraba muy bien, como ya os dije aquí, ni física ni mentalmente... a parte del pecho dolorido, y no con grietas, sino con los pezones en carne viva, intentaba estar todo el día con el pecho al aire, ayudándome de purelan, y también dándome mi propia leche alrededor del pecho (recomendado por la matrona), lo que mas agravaba la situación eran mis puntos, mi desgarro, y otras lindezas que no os voy a describir aquí ... esto no me permitía estar sentada, por lo que tenía que dar el pecho tumbada en la cama.







La situación a priori, parece sencilla, pero creo que en mi caso se agravó. La niña y yo nos terminábamos durmiendo, ella tenía el pezón a modo de chupete, lo enganchaba durante mucho tiempo, pero no estaba comiendo (solo chupaba), la frase " a demanda" se te graba tan a fuego en tu conciencia, que yo pensaba que mi nena, me demandaba todo el tiempo, llegamos a estar una tarde hasta 6 horas tumbadas en la cama, y yo pensando que comía....

A los dos días de estar en casa, empecé a preocuparme, lo de que los puntos se reabsorben solos, en mi caso, no se estaba cumpliendo, y eso cada vez tiraba más, dolía más, y no podía sentarme, ni hacer otras muchas cosas... Fui a la matrona, y me curó y me quitó uno a uno esa ristra de puntos interminables, que no tenían ninguna intención de reabsorberse. La visita a la matrona, que nadie te dice que hagas, la recomiendo encarecidamente, en mi caso además de la ayuda con mis puntos, me ayudó mucho con una pequeña charla sobre mi  súper desajuste hormonal, los miedos que se te presentan, las preocupaciones....

Sobre mi pecho, y mi sangrado, me aconsejó unas pezoneras, no funcionó. La niña tenía que tirar demasiado para poder sacar algo, desechamos la idea de los pezones de plástico, y continuamos cuidadosamente con la crema y leche materna alrededor del pezón. Para la niña, me aconsejo ponerla mucho mucho al pecho.

Llegó la temida visita al pediatra una semana después de nacer. Peso, estatura, perímetro craneal, color de la piel... mi nena había perdido otra vez peso, y me dijeron que si en diez días después del nacimiento, no había recuperado el peso con el que nació debíamos empezar a preocuparnos. Literalmente me dijo, que con la lactancia materna exclusiva, a la niña no le llegaba, y que teníamos que empezar a alternar con biberones de leche artificial. Para mí esto fue un palo tremendo, me hundió aún más si cabe, y de nuevo salí llorando....

Algo pasaba, no le estaba dando bien el pecho, o no tenía leche suficiente, o la niña no tenía fuerza para mamar.... tenía que buscar soluciones, tenía que buscar ayuda. De nuevo, contacté con una matrona, también con un grupo de ayuda a la lactancia del hospital donde había nacido la nena, y me puse en contacto con una monitora de la liga de la leche de mi ciudad, hablé con amigas (pero a nadie le había pasado lo que a nosotras nos ocurría....) Tenía que hacer todo lo que estuviera en mi mano, antes de dar un bibe de leche artificial lo que sea!

1 comentario:

  1. Te leo y lo primero que pienso es que tu niña tiene suerte de contar con una mamá que se mueve tanto y se empeña en solucionar los problemas.
    En cuanto a la historia en sí, es emocionante asomarse a ese mundo nuevo que surge con nuestro bebé, a los dolores, al miedo, las hormonas.. Se me pone un nudo en la garganta.
    Un abrazo!

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